Cianuro de Auschwitz a minería
a tajo abierto
Zyklon B era la
marca registrada de un insecticida a base de cianuro que se usó en la Alemania
nazi durante el Holocausto, para asesinar a millones de personas. Actualmente,
el cianuro lo producen aún en Alemania y de ahí lo traen a América Latina
–incluido México, no lo olvidemos–. En Europa está prohibido (2011 fue el año
límite para acabar con su uso, a petición expresa del Parlamento de la Unión
Europea), y lo mismo en Canadá. Hay más oro en las montañas de Canadá que en
México, pero no lo extraen para no destruir sus bosques.
Recientemente
el gerente de la Minera Cardel (de la empresa canadiense GoldGroup Mining),
Richard Irving, reconoció que en Canadá está prohibido este tipo de minería a
tajo abierto: –“Tengo conocimiento que sí, pero no puedo comentar más. Pero en
México si es permitido ¿no?” Cf: “Minera canadiense viene a México porque en su
país prohíben proyectos como Caballo Blanco”, en: http://plumaslibres.com.mx/....
Así que el
cianuro es un químico de guerra nazi, prohibido en los países donde a sus
gobiernos sí les importan la vida, la salud de sus pueblos, su medio ambiente y
su futuro. A diferencia de México, y de Veracruz.
“Zyklon B era
la marca registrada de un insecticida a base de cianuro que se usó en la
Alemania nazi durante el Holocausto, para asesinar a millones de personas.
“Era fabricado
por la compañía IG Farben, que era la unión de la farmacéutica Bayer y otras 2
compañías alemanas. También conocido como Cyclon B, consistía en ácido
cianhídrico (ácido prúsico), además de un estabilizador y un odorante de
advertencia. Con este se impregnaban pequeñas bolas absorbentes, discos de
fibra, o tierra de diatomeas.”
Recordamos que
el opositor a la minera San Xavier en San Luis Potosí, Mario Martínez Ramos,
del Frente Amplio Opositor (FAO), explicó que uno de los compuestos
contaminantes que resultan del proceso realizado por las minas a cielo abierto
es el ácido cianhídrico, precisamente.
Sigue la
historia del compuesto en Wikipedia: “Se almacenaba en envases herméticos; al
contacto con el aire, producía cianuro de hidrógeno gaseoso (HCN).”
La historia del
genocidio está ligada al cianuro: “El pesticida fue utilizado como arma química
por los alemanes en las cámaras de gas de los campos de exterminio de
Auschwitz-Birkenau y Majdanek. El Zyklon B se usó inicialmente para controlar
los brotes de tifus. En enero o febrero de 1940, se utilizó sobre 250 niños
gitanos de Brno en el campo de concentración de Buchenwald para probar el
efecto del gas. En septiembre de 1941 se realizaron experimentos con Zyklon B
en Auschwitz I. El 3 de septiembre de ese año, 600 prisioneros de guerra
soviéticos fueron gaseados con Zyklon B, siendo ésta la primera experimentación
con el gas en el campo de Auschwitz.”
Sin tapujos, la
Wikipedia explica el proceso de muerte: “El Zyklon B se vertía en las tuberías
desde el tejado, una vez que las víctimas quedaban encerradas. El Zyklon B
reaccionaba con la humedad ambiente interna proporcionada por las personas. Los
efectos producidos por el gas en las personas son similares a la hipoxia o
falta de oxígeno. Las víctimas comenzaban sintiendo una sensación de asfixia.
Posteriormente perdían el control de los esfínteres por la anoxia. Luego
sobrevenía la inconsciencia, la muerte cerebral, el coma y la muerte, entre 20
y 25 minutos después de ingresadas las dosis de veneno. En las memorias de
Nyiszli Miklos, uno de los escasos supervivientes del sonderkommando de
Auschwitz y médico patólogo de profesión, puede leerse que el sonderkommando
encontraba en la cámara de gas los cadáveres en capas. Debajo los más débiles
(ancianos, niños), en el medio las mujeres y encima los más jóvenes y fuertes.”
Las cantidades
son detalladas, recordemos que el nazi fue un régimen donde la muerte se
administró de manera industrial y eficiente: “El Zyklon B era un tóxico
altamente eficaz. En condiciones ideales tan sólo se requería apenas 4 gramos
por persona para causar la muerte, esto significaba que 1 tonelada de este
producto tenía el potencial para dar muerte a 250.000 personas.”
Hay también la
idea, incluso novelesca, de que los militantes de partidos en guerra, nazis o
comunistas, se suicidaban con una pequeña dosis de cianuro para evitar ser
capturados vivos y torturados. Por ejemplo, la novela La condición humana de
André Malraux.
En México, las
empresas mineras –canadienses el 90% pero también europeas, hasta chinas– usan
el cianuro de sodio para separar el oro, la plata y otros metales, unos cuantos
gramos separados de toneladas de montaña derruida y triturada. Toneladas de
cianuro se disuelven en miles de litros de agua. Los defensores del medio
ambiente denuncian que una empresa minera gasta en un día el agua que una
familia usaría en 20 años.
Ni la
Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), ni el gobierno
federal ni los estatales mexicanos, han prohibido el uso del cianuro. Saben que
es letal. Por norma, cualquier empresa que use más de un kilo de cianuro debe
presentar un estudio de riesgo. Pero a diferencia de Canadá y la Unión Europea,
en México los gobiernos y las legislaciones no protegen la vida y la salud de los
mexicanos del uso industrial del cianuro.
La página de la
Agencia para Sustancias Tóxicas y Daños a la Salud (en inglés: Agency for Toxic
Substances & Disease Registry (ATSDR), en su entrada “Cianuro (Cyanide)”,
presenta una hoja informativa sobre daños a la salud por ese químico. Cf:
http://www.atsdr.cdc.gov/es/toxfaqs/es_tfacts8.htmls
El inicio es
claro, se trata de una sustancia letal: “La exposición a niveles altos de
cianuro daña el cerebro y el corazón y puede producir coma y la muerte. La
exposición a niveles más bajos puede provocar dificultad para respirar, dolor
de pecho, vómitos, alteraciones en la sangre, dolor de cabeza y dilatación de
la glándula tiroides. El cianuro se ha encontrado en por lo menos 471 de los
1,662 sitios de la Lista de Prioridades Nacionales identificados por la Agencia
de Protección del Medio Ambiente de EE. UU. (EPA, por sus siglas en inglés).”
El cianuro está
en compuestos como el cianuro de sodio (el que usan las mineras) el de potasio
y el de hidrógeno. De cómo se comporta en el ambiente, la hoja informativa
explica: “El cianuro entra al aire, al agua y al suelo desde procesos naturales
y actividades industriales.
“En el aire, el
cianuro se encuentra principalmente como cianuro de hidrógeno gaseoso mientras
que una pequeña cantidad se encuentra como finas partículas de polvo.
“La media-vida
del cianuro de hidrógeno (la cantidad de tiempo necesaria para remover la mitad
del material) en la atmósfera es de aproximadamente 1 a 3 años.
“La mayoría del
cianuro en las aguas superficiales formará cianuro de hidrógeno y se evaporará.
“Los compuestos
de cianuro se mueven con bastante facilidad en el suelo. Una vez que llega al
suelo, el cianuro puede ser removido a través de varios procesos. En el suelo,
algunos compuestos de cianuro pueden formar cianuro de hidrógeno que luego se
evapora mientras que otros compuestos de cianuro se transforman a otras formas
químicas por la acción de microorganismos en el suelo. En concentraciones
altas, el cianuro es tóxico a estos microorganismos por lo que el cianuro
permanece sin ser cambiado a otras formas y atraviesa el suelo llegando así
hasta el agua subterránea.”
En los Estados
Unidos hay normas del máximo de cianuro permitido en agua y aire: “La EPA
(Agencia de Protección Ambiental) regula los niveles permitidos de cianuro en
el agua potable. El nivel máximo de cianuro permitido en el agua potable es 0.2
partes de cianuro por millón de partes de agua (0.2 ppm). La Administración de
Seguridad y Salud Ocupacional de EE. UU. (OSHA, por sus siglas en inglés) ha
establecido un límite para el cianuro de hidrógeno y la mayoría de las sales de
cianuro de 10 partes de cianuro por un millón de partes de aire (10 ppm) en el
aire del trabajo.”
La página del
Observatorio de Conflictos Mineros en América Latina
(http://www.conflictosmineros.net) tiene una campaña contra el uso del cianuro
en la minería que se puede firmar on line. La página proporciona información y
videos para respaldar su iniciativa de prohibir totalmente el uso de cianuro en
América Latina, como ya ocurre en Canadá y en Europa.
Se puede
descargar en pdf un boletín sobre el tema en el cual se documentan las
resistencias y luchas contra el uso del cianuro y contra la minería a cielo
abierto en México y en todo Centro y Sudamérica.
En muchos
países hay resistencias populares muy fuertes, y en otros tantos hay represión,
como en México. Incluso bajo el mandato de izquierda de Cristina Kirchner, el
gobierno de Argentina reprime con una “ley antiterrorista” a los opositores a
las mineras, quienes ironizan y responden en sus pancartas: “Todos somos
cerroristas”, refiriéndose a que defienden los cerros, los montes, que las
mineras destruyen.
En Veracruz, un
asunto muy delicado que deben analizar el gobierno estatal, los municipales y
el federal es que para usar toneladas de cianuro en las tres minas que la
empresa canadiense pretende explotar en Alto Lucero y Actopan, por algún medio
debe transportar contenedores con toneladas del polvo de esa sustancia letal.
Los riesgos para todos los lugares, puertos, carreteras, ciudades y campos, y
para la población desde luego, son muy altos. ¿Hasta dónde está dispuesto a
poner en riesgo la vida humana un gobierno enajenado con la idea de
“desarrollo”? Ahí está la pregunta.
El cianuro no
se puede recoger en bolsas como el petróleo en el río Coatzacoalcos. www.ecoportal.net
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